viernes, 6 de abril de 2012

                          Mujer&Derechos

"Considerando que la Carta de las Naciones Unidas reafirma la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos del hombre y la mujer:

La Declaración Universal de Derechos Humanos reafirma el principio de la no discriminación y proclama que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y que toda persona puede invocar todos los derechos y libertades proclamados en esa Declaración, sin distinción alguna y, por ende, sin distinción de sexo. Debido a esto, los Estados Partes en los Pactos Internacionales de Derechos Humanos tienen la obligación de garantizar al hombre y la mujer la igualdad en el goce de todos los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos, teniendo en cuenta las convenciones internacionales concertadas bajo los auspicios de las Naciones Unidas y de los organismos especializados para favorecer la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer. Asimismo las resoluciones, declaraciones y recomendaciones aprobadas por las Naciones Unidas y los organismos especializados para favorecer la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer".

La preocupación surge al comprobar que a pesar de estos diversos instrumentos las mujeres siguen siendo objeto de importantes discriminaciones. Somos las más fehacientes testigos de las contradicciones en las disposiciones de la ley que nos ampara y recibimos de manera directa los golpes de injusticia que nos proporciona esta sociedad.

Ya sea en materia de derecho de familia, laboral, eclesiástica o simplemente por nuestros propios prejuicios y estigmas sociales, que tenemos incorporados a nuestras conciencias de manera inherente, debido a la cultura en la que fuimos educadas y en la que seguimos coexistiendo con este machismo absoluto y radical, que se esconde de manera solapada en las distintas decisiones y juicios que la sociedad y que nosotras mismas aceptamos como el más despiadado de los verdugos contra nuestro género. A pesar de esto, debemos tener conciencia de la importancia de la alusión en las Naciones Unidas a las desigualdades de género, eso nos comprueba que es un tema latente a nivel mundial, y que cuenta con el apoyo (aunque sea de manera meramente diplomática) de una amplia mayoría internacional, que nos otorga herramientas para luchar contra las legislaciones de nuestros propios estados.



No es un camino fácil, ¡pero nos corresponde a nosotras la labor  fiscalizadora a la hora de decidir por nuestros derechos! Es en este punto, donde la participación de las feministas activas y mujeres en general se hace de vital importancia, ¡es necesario que nos informemos de la legislación de nuestro país!, que busquemos la forma de aprovechar las leyes que nos amparan  y tengamos plena conciencia de las debilidades, ¡informémonos del sistema para legislar a nuestro favor!

¡Seamos partícipes de esta era de cambios y despertar social!, ¡seamos actores activos y directos a la hora de defender nuestros derechos!, ¡informémonos y tomemos conciencia de lo que valemos y el poder que tenemos en nuestras manos, a la hora de decidir!


MUJER: Lucha, INFÓRMATE y saca la voz! 

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